¿Cómo de bien gestiono mi I+D+i?

¿Cómo de bien gestiono mi I+D+i?

Con el despegue de la I+D+i vivido años atrás, las organizaciones han tenido que afrontar nuevos retos en su gestión interna: la gestión de la I+D+i. Como comenté en mi anterior post, el establecimiento de una política de I+D+i orientada con las líneas estratégicas de la organización, la generación y selección de nuevas ideas, o el control de los proyectos de investigación, en muchas ocasiones ligados a financiación pública y con unas ataduras burocráticas muy fuertes, son entre otras, exigencias que han tenido que ser resueltas, con resultados muy variopintos según cada organización.

En España, con el objetivo de guiar en este camino a las entidades que ejecutan I+D+i, surgió la serie de normas UNE 166000, en las que se ofrecen una serie de pautas que garanticen la implantación de un sistema de gestión de la I+D+i eficiente. De acuerdo a datos ofrecidos por AENOR, hasta diciembre de 2011 se había certificado más de 400 organizaciones en la norma 166002, que es la que define los requisitos de un sistema de gestión de la I+D+i.

Llegados hasta ese punto, con el sistema de gestión de la I+D+i en marcha y ya instaurado en el día a día de las organizaciones, me pregunto ¿hasta qué punto lo tenemos implantado? ¿Es suficiente con implantar un sistema de acuerdo a la norma o es posible medir lo bien que gestiono mi I+D+i?

Actualmente existen diferentes modelos de mejora de procesos, muy ligados al sector tecnológico en la mayoría de los casos. Pero vamos a centrarnos en la norma ISO/IEC 15504, que proporciona un modelo para la evaluación y mejora de los procesos de cualquier organización que trabaje de algún modo en la planificación, gestión, control, monitorización y mejora de los procesos de: compra, suministro, desarrollo, evolución y soporte de productos, o servicios.

Traduciendo todo lo anterior, el modelo ofrece una guía para adaptar los procesos del sistema de gestión de la I+D+i para que todos ellos posean una serie de atributos definidos en la norma. En función del grado de desarrollo de los procesos, la adaptación es más o menos costosa.

La comprobación del cumplimiento de esos atributos es una evidencia objetiva que permite definir el grado de madurez de los procesos, y por tanto determinar lo bien que la organización gestiona la I+D+i. Cada proceso ha de medirse por separado para establecer en cuál de los seis niveles de madurez que define la norma se encuentran. El nivel más alto que esté cubierto por todos los procesos del sistema es el que le corresponde a la organización.

Gracias a la posibilidad de realizar mediciones objetivas, no sólo es posible determinar cómo de bien se está gestionando la I+D+i, sino que también se pueden establecer comparativas, y si se ponen en marcha acciones para la mejora del sistema de gestión, determinar cómo de eficaces han sido esas medidas.

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Rafael González

Rafael González

International Project Manager

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