¿Cómo me puedo sentir afortunado con mi trabajo?
¿Cómo me puedo sentir afortunado con mi trabajo?
Y es que independientemente del foro en el que nos encontremos, lo habitual es escuchar comentarios, que son de todo menos positivos, sobre lo difícil que es volver, sobre lo poco que me llena el trabajo, sobre lo X o Y que es mi jefe, sobre lo que haría si me tocara la lotería… Negar que las vacaciones tienen su encanto y sus múltiples beneficios sería irreal, pero lo que tampoco debemos permitirnos es enfocar nuestra vida profesional estructurándola al compás de las vacaciones pasadas o de las que están por venir. Si lo hacemos así, no somos conscientes de que nos perderíamos otros muchos estupendos momentos que “incluso” durante las horas de trabajo tenemos la oportunidad de disfrutar (aunque a veces nos parezca difícil de creer).
Por eso, en las sesiones de Coaching que impartimos o en los Seminarios de Formación de este mes, nos hemos propuesto un objetivo, al que te animo a que te apuntes también:
Intentar conseguir el hábito de buscar durante el trayecto hacia tu trabajo, al menos una cosa por la que tengas que sentirte afortunado de tenerlo. Y a la vuelta de tu jornada laboral, encontrar otro motivo por el que tengas que dar las gracias.
Soy consciente de que alcanzar este nuevo hábito, al principio, tiene su dificultad; pero también sé de los beneficios que nos puede aportar si lo consigues y no dejas todo en manos de que la vida nos acabe enseñando la importancia de valorar cada momento, porque nunca sabemos cuándo se puede estropear.
Cuando nos planteamos este objetivo, no estamos intentando encontrar grandes demostraciones que nos confirmen la gran fortuna de tener nuestro trabajo actual, porque esas son fáciles de encontrar cuando surgen y no hay que poner en práctica ninguna técnica en especial. Lo que estamos intentando encontrar, son pequeños momentos o realidades a los que nos hemos acostumbrado, a los que no damos importancia pero que no por ello, si les prestamos un poco de atención, son los que pueden ayudarnos a marcar la diferencia a lo largo de nuestro día de trabajo y en nuestra actitud cuando volvemos a casa.
Y es que existen múltiples estudios que han comprobado que no son los hechos en sí los que nos hacen felices, sino que lo importante es la actitud que cada uno de nosotros toma ante ellos.
Porque, al margen de la realidad profesional que tengamos cada uno de nosotros, ¿quién no puede estar agradecido por tener un compañero con el que hace un buen equipo de trabajo? ¿O por tener un salario que nos permite tener al menos “lo suficiente” para vivir? ¿O un trabajo que nos facilita estar cerca de nuestra familia?, ¿O uno que nos da la oportunidad de buscar aprender cosas nuevas?…
A lo mejor piensas que todas esas preguntas son aspectos básicos que debe cumplir tu puesto de trabajo, porque nos hemos acostumbrado a pensar que “tenemos derecho a ello”, dando por sentado que la empresa, o mi jefe deben estar obligados a proporcionarnos lo que deseamos. Y estamos pasando por alto que cuando valoramos lo que tenemos, se incrementan las posibilidades de sentirnos satisfechos y de acercarnos a alcanzar las sensaciones y experiencias positivas con las que nos gusta rodearnos en nuestro día a día. Por eso, a lo largo de nuestra experiencia laboral diaria, ¿te vas a perder la oportunidad de intentar alcanzarla?