El buen humor

Dice uno de nuestros psiquiatras más internacional, Luis Rojas Marcos, que “Todos los botiquines de urgencia deberían incluir una dosis de buen humor”.

Buen Humor

Entiendo por buen humor el saber enfocar de manera constructiva los acontecimientos de nuestra vida, ya sean en nuestra vida profesional como en la personal. Además de ubicarla en el botiquín, que por supuesto es un buen sitio, también las repartiría en múltiples frasquitos y en dosis generosas por todas partes: junto a la mesilla al despertarnos, en el coche de camino al trabajo, en nuestra mesa de la oficina cuando tenemos que tratar con un compañero o un cliente “difícil”, en la sala de juntas para “animar” las reuniones semanales, en el recibidor de casa cuando regresamos tras un intenso día de trabajo…

"una dosis de buen humor es clave
para gestionar bien cada día"

¿Por qué nos costará tanto dar un primer paso en esa dosis de buen humor si tan sólo necesitamos empezar con una sonrisa? Muchos estudios en psicología y sociología demuestran que una sonrisa siempre es el mejor punto de partida para comenzar cualquier  tipo interacción con otras personas, porque tiene un gran poder de conexión con otras personas y además es una conducta universal.  Está comprobado que cuando nos sentimos cómodos tendemos a sonreír más, todo fluye de manera mucho más sencilla y es más fácil encontrar la dosis de buen humor que necesitamos en cada momento; por eso, cuanto más conscientes seamos de ello,  más fácil será cultivarla para mantenerla.

buenhumor

Y es que una dosis de buen humor es clave para gestionar bien cada día, porque de todos es sabido que lo importante no son los problemas en sí que van surgiendo, sino el cómo los encajamos.  Por eso yo  siempre animo en las sesiones de desarrollo personal a escribir un diario. Este es un lugar perfecto donde plasmar desde nuestro día a día a todo lo que se nos pase por la cabeza; donde poder desahogarnos, trasladar nuestros miedos, frustraciones o las oportunidades personales de mejora que nos hagan ilusión;  donde poder analizar  y reflexionar sobre nuestros problemas y sobre el cómo los encajamos, donde también podemos dedicar unos segundos a ver conocernos mejor y entre otras cosas saber qué tipo de personas somos,  de los que aportamos o de los que entorpecemos a los demás.   A mí me gusta analizar ese diario y ver qué habíamos escrito hace unos meses o un año atrás en una fecha o en un momento similar. Releer nuestros pensamientos, nuestras actitudes, nuestros miedos y recordar cómo nos enfrentamos a ellos; plantearnos si supimos mantener el buen humor ante esas circunstancias y cuestionarnos si ahora, ante esa misma situación, lo haríamos de la misma manera y si perderíamos la sonrisa y la misma actitud si se volvieran a repetir esos acontecimientos.

"sólo el 20% de los pensamientos negativos
o de nuestros miedos se cumplen"

Para mí esa es la mejor forma de aprender a ser conscientes de que cuando dejamos de practicar el hábito del buen humor, comenzamos a practicar el del mal humor, y el tiempo, en la mayoría de las ocasiones nos demuestra lo que las estadísticas dicen, que sólo el 20% de los pensamientos negativos o de nuestros miedos se cumplen. Y sabiendo que es así… ¿no sería mejor dedicar los esfuerzos a enfocar las cosas con mejor humor y que el tiempo y nuestra capacidad de mejora pongan las cosas en su sitio?

 

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Elena Martín

Elena Martín

Directora de Recursos Humanos

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