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El éxito del trabajo en equipo está en ti

El éxito del trabajo en equipo está en ti

Decir que conseguir verdaderos equipos de trabajo es clave para que los proyectos funcionen, se consigan alcanzar los objetivos e incluso se mejoren los resultados esperados es ya un tema muy manido cuando se habla de la importancia del trabajo en equipo en las organizaciones. A pesar de todo ello, del gran esfuerzo que ponen muchas empresas en lograrlo e intentar generar un clima que lo potencie, la realidad es que ese pilar fundamental sigue fallando en muchas organizaciones.

Aunque en ocasiones la crisis en la que nos hayamos sumidos genera una mayor tensión en la empresas que se refleja consiguiendo una mayor implicación de los trabajadores; desafortunadamente, este giro no siempre da los frutos deseados, porque en ocasiones, se acaba desaprovechando el gran potencial que existe porque no se aúnan esfuerzos, visiones y conocimientos por conseguir un objetivo común.

Los peligros de una reacción improvisada

Los peligros de una reacción improvisada

Hace unos días tuve el placer de dar una charla en México, en el encuentro que organiza la Secretaría de Educación Pública Federal con motivo del Día del Emprendedor en México.

Desde la Secretaría de Educación Pública, se convocó a las universidades de todo el país - que mostraban sus casos de éxito de spin off universitarias; sus grupos de investigación, así como asociaciones de empresarios y consultoras - a un macro evento en el WTC de Ciudad de México. En esta cita, durante dos días, se analizó la situación de la vinculación de las universidades con la empresa; se presentaron los apoyos al emprendimiento en el país, y se mostró la capacidad de generación de riqueza desde las universidades.

Contra el inmovilismo como forma de actuación

Contra el inmovilismo como forma de actuación

No es tarea fácil desprenderse de todo lo aprendido, de todo lo almacenado en nuestro disco duro en el día a día del trabajo.

Al afrontar nuevas formas de gestión nos sucede algo parecido al Síndrome de Estocolmo y cuando nos planteamos un cambio organizacional o la implantación de una nueva herramienta de gestión surgen curiosas similitudes con este síndrome, nos sentimos seguros con el status, preferimos no tocar nada, así sabemos que estamos cómodos y aunque afuera está la libertad (la competitividad, el crecimiento, la internacionalización), el camino hasta ella puede ser peligroso y muchos optamos por refugiarnos en los brazos de nuestros captores, formas obsoletas de gestión o herramientas difíciles de manejar pero que nos dan ciertas funcionalidades conocidas y poco arriesgadas, confortables.