A las noticias del día a día sobre la crisis se suman, últimamente, las predicciones de un fin del mundo inminente... tanto que quizás ya no quede nadie aquí para leer este post, pero si finalmente las explosiones inter esterales no llegan, no chocamos con Nibiru, ni hay una alineación imposible de los astros, el 22 de diciembre seguiremos todos aquí, oyendo a los niños de San Ildefonso y esperando por un 2013 que sea mucho mejor que el denostado 2012.

Hace unos pocos días comentábamos los primeros pasos del Gobierno Peña Nieto y la firma entre todos los partidos políticos mexicanos del Pacto por México, un paquete de 95 medidas de diversa índole con el objetivo -entre otros- de crecer por encima del 5%. Si se mantiene ese consenso entre las distintas fuerzas políticas, México se halla ante una gran oportunidad.

Con el despegue de la I+D+i vivido años atrás, las organizaciones han tenido que afrontar nuevos retos en su gestión interna: la gestión de la I+D+i. Como comenté en mi anterior post, el establecimiento de una política de I+D+i orientada con las líneas estratégicas de la organización, la generación y selección de nuevas ideas, o el control de los proyectos de investigación, en muchas ocasiones ligados a financiación pública y con unas ataduras burocráticas muy fuertes, son entre otras, exigencias que han tenido que ser resueltas, con resultados muy variopintos según cada organización.

España está a punto de recibir 39.000 millones de euros para el rescate del sector financiero, un dinero que se dedicará básicamente a reparar los daños provocados por el derrumbe del sector inmobiliario, motor de nuestro crecimiento en los últimos años..

7.868.000 Toneladas. Esta es la cantidad de papel consumido anualmente en España. Una media de 160 kg. por habitante y año, estando más de la mitad asociado al ámbito administrativo o de oficina.